Sierra Nevada, laboratorio del cambio global

Sierra Nevada ha sido testigo de glaciaciones, de la aparición de muchas especies nuevas y de la extinción de muchas otras. Sierra Nevada es una montaña que ha estado habitada por el hombre durante milenios, pero donde los paisajes salvajes perviven hasta nuestros días junto con los más antropizados. Uno de los cambios más radicales y rápidos que se han producido en su historia reciente ha sido el abandono de las prácticas tradicionales de montaña (explotación forestal, cría de ganado y agricultura de montaña), lo que ha tenido consecuencias ecológicas y socioeconómicas trascendentales. El abandono rural durante el último siglo ha generado un nuevo escenario en el que el impacto ambiental (positivo o negativo) de las actividades extensivas tradicionales ha ido disminuyendo en Sierra Nevada, al tiempo que han aparecido nuevos sistemas de explotación intensiva (industria del esquí, urbanizaciones, turismo masivo de naturaleza, agricultura industrial) y, sobre todo, ha ido aumentando el impacto que sufren los ecosistemas de Sierra Nevada a través del cambio climático y la deposición de aerosoles.

Sierra Nevada, la montaña del sol (Sulayr), es hoy, en el siglo XXI, un laboratorio único, porque sus ecosistemas actúan como un sensor biofísico sencillo y a la vez sofisticado del cambio global.

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